IRMA ROXANA

El cuidado es una actividad ineludible en las sociedades, ya que en momentos y grados diversos todas las personas van a demandar algún tipo de atención específica.

Todos en algún momento de nuestra vida hemos sido cuidados, deberemos cuidar y tendremos que cuidar (Gorfinkiel, 2008).

Sin embargo, dentro de los trabajos de cuidados hay jerarquías, no se reconoce, ni social ni legalmente, de igual modo el trabajo del personal sanitario que el de una empleada de hogar. Esto ocurre porque existe una distinción entre las formas de cuidado ligadas al desarrollo humano, que conllevan un mayor prestigio profesional, El trabajo de cuidados en España es realizado principalmente por mujeres migrantes que sufren condiciones de precariedad laboral, así como invisibilidad y falta de reconocimiento social por la labor que realizan. (Castillón & Ruberte, 2021)

(…) “mi primer trabajo fue en un hospital cuidando a una señora por las noches, el siguiente fue de interna, solo aguanté unos meses porque la señora me trataba súper mal y no lo soporté”.

(…) “Es difícil, ella se siente desorientada, no sabía quién era yo a veces, me echaba de casa (…) Los hijos me decían cuando te pase eso baja al bar y espera a que se le pase”.

Las mujeres migrantes se encuentran con diversas dificultades en el país de acogida, como por ejemplo para dar continuidad a su trayectoria profesional, o seguir formándose. El ocupar los puestos de trabajo con menor cualificación puede ser una  barrera limitadora de movilidad laboral y social,  así como, puede provocar sentir sentimientos de duelo al haber perdido su estatus social.

(…)“Yo en mi país era auxiliar de enfermería (…) Trabajé en un hospital materno infantil por 16 años”.  

Además, se añaden dificultades relacionadas con la Ley de Extranjería y la burocracia:

(,…)” Duré con ella 3 años hasta que ella falleció, su hijo me prometió hacerme los papeles pero al final nada. “

Muchas de las trabajadoras del hogar y los cuidados pasan una gran cantidad de tiempo en trabajos precarios en los que sufren abusos y explotación laboral por la promesa de “conseguir los papeles”, así pasan 3 años para que puedan cumplir uno de los requisitos para optar al procedimiento de arraigo social. Sin embargo, estas promesas muchas veces no se cumplen, y las trabajadoras se ven en una situación desesperante y de frustración, en la que básicamente tienen que sobrevivir, esquivando los controles policiales, para poder trabajar y salir adelante ellas y sus familias.

Tres años de exilio,

Tres años de soledad,

Tres años de sombras,

Tres años en la oscuridad,

Por no pertenecer a esta sociedad

#EstrabajoEstrabajadoraEsCiudadana

#SeUnaEmpleadoraJusta