ROCIO
Rocío Elizabeth Vargas Rodriguez, tengo 56 años estudié bachiller con especialidad en contabilidad en Ecuador. Aquí he estudiado técnico socio sanitario y he trabajado como cajera, reponedora cuidando enfermos y actualmente soy auxiliar de limpieza en una residencia de ancianos.
Son diferentes y variadas realidades sociales donde se toma la decisión de migrar,
Se observa una serie inabarcable de motivos y factores de naturaleza e impacto diferente, se reconoce que la opción misma de migrar es una consecuencia de las inequidades globales actuales (Contreras et al., 2018).
“(…) me vine aquí a raíz de que mi esposo murió, el padre de mis hijos murió a los 40 años y yo tenía 34. Mi cuñado me consiguió un trabajo aquí me dijo tienes que venirte en 15 días porque ya está el trabajo listo pero yo se lo había dicho de broma porque no tenía idea de dejar a mis hijos. El mayor tenía 12, el otro tenía 8 y el otro 6, eran pequeños aún. Entonces pensé, ¿qué hago yo? ¿Dónde los dejo? Me apoyé en mi familia. Era muy duro para mí dejar a mis hijos y verlos antes de venirme para acá (…)”.
“Los abuelos me hicieron contrato y trabajé como interna…”
“Me salió para ir a firmar el visado, tenía que ir a recoger a mi país el sellado y yo decía ¿qué hago? Porque si yo voy, no vuelvo, no tengo ese corazón de volver a dejar a mis hijos solos y entonces perdí el visado y no me fui entonces tuve que esperar muchos años el arraigo que salía todo, bueno fue un lío (…)
La separación de los seres queridos es una experiencia dolorosa para la persona migrante y su familia. La fantasía del regreso, del reencuentro, del reagrupamiento aviva y prolonga los duelos (Calvo, 2005).
Por otra parte, las madres migrantes son el sostén y pilar principal de la familia en el país de origen mediante el envío de remesas a los hijos e hijas y a otros familiares garantizan su bienestar.
Esta situación genera en las mujeres altos niveles de tensión ante cualquier contratiempo y provoca que una enfermedad o motivo que suponga una baja laboral, se viva con altos niveles de ansiedad y estrés. Asimismo, abundan, en las mujeres que migran solas, los sentimientos de culpabilidad no permitiéndose ningún gasto “superfluo” que revierta en su propio bienestar así como la imposibilidad de viajar de visita durante el periodo de separación, hasta no regularizar su situación.
(…) si nos pasa algo, nos enfermamos y te quedas sin trabajo, ¿qué hacemos? (…) porque aquí nadie te da nada, aquí no hay familia.
Cuando tú sales a triunfar, yo entro a ocupar tu lugar
#YoYaTengoUnaFamilia
#EstrabajoEstrabajadoraEsCiudadana